viernes, 30 de noviembre de 2012

Nacidos para seducir


Las selvas de Oceanía esconden una auténtica fiesta. Un derroche de glamour, refinamiento, colorido y destreza. Una espectacular exhibición privada que no desea testigos. Sin embargo, un ornitólogo de la Universidad de Cornell (EEUU) y un fotógrafo comisionado por National Geografic han unido sus talentos para colarse en ella y desentrañarnos hasta el más nimio de sus cotilleos.

En este avance de su trabajo, Ed Scholes y Tim Laman nos presentan un aperitivo de sus protagonistas: las aves del paraíso. Unos misteriosos seres cuya razón de vivir parece girar en torno al decisivo momento de elegir y ser elegido para procrear. Las puntillosas seleccionadoras son ellas. Ellos se entregan al despliegue de sus más que agraciadas fisonomías con una dedicación que, a veces, roza lo patético.

Me gusta contemplarlo como contraste a todas esas imágenes publicitarias en las que son las mujeres las que exhiben sus gracias con una perfección imposible, que las demás imitamos a la desesperada.




El documental completo se llama Seducción Alada  y ya se ha emitido en EEUU. Además, el material recopilado ha dado para una exposición  en el Museo National Geographic de Washington y un libro. Por si a vosotros también os han encandilado.

jueves, 18 de octubre de 2012

El cortoplacismo

Uno de los premios Nobel de Física de este año, Serge Haroche, advierte hoy en la revista Nature sobre los peligros del cortoplacismo en la financiación de la ciencia. Su llamada de atención responde a la creciente tendencia a destinar los dineros (públicos y privados) a proyectos con mayores posibilidades de dar frutos aplicables a la práctica lo antes posible. Con el consiguiente detrimento de la llamada ciencia básica, la investigación dedicada a saber cómo funciona la realidad, aunque no vislumbremos inmediatamente dónde encajar los conocimientos que destila.

De manera más pedestre, lo que rechaza Haroche es el "pan para hoy y hambre para mañana" que se extiende cada vez más no sólo por la ciencia, sino por muchos otros ámbitos. El dinero fácil, las inversiones baratas en recursos, personal o sistemas de inferior calidad, que ayudan a salir del paso o a conseguir votos en las siguientes elecciones. En este sentido amplio creo que el cortoplacismo lleva ya demasiado tiempo entre nosotros. Para muchos el mañana del hambre ya ha llegado (lamentablemente no sólo en sentido figurado). Por eso, deberíamos sentir la alerta y empezar a apostar por la previsión, las soluciones quizá más costosas, pero más sólidas, el valor de la experiencia o la reflexión, la ciencia básica y la calidad, sobre todo la humana.

Contar con un término para definir lo que nos daña es el primer paso para combatir sus consecuencias. El siguiente: lanzar una mirada de amistad al largo plazo.

lunes, 15 de octubre de 2012

A bordar las calles


A tejerlas. A llenarlas de calor y color. Esto es lo que pensaron en el Departamento de Juventud de Helsinki. Y pusieron en marcha la iniciativa Knit’n’Tag 2012, con la que tropecé con deleite una mañana lluviosa de domingo. El parque Ruttopuisto de la capital finlandesa me recibió con 65 árboles decorados con vivos cuadros fabricados principalmente con lana y telas. 



Según un cartel amablemente traducido al inglés, el objetivo había sido animar a la gente a que decoraran su propio entorno y conversaran sobre el impacto de las manualidades en el bienestar de las personas. Todo ello mediante una obra de arte colectiva abierta a todos los ciudadanos del país.

Algunos de los graffitis habían sido realizado en los talleres organizados por el Departamento de Juventud en primavera y verano, pero otros fueron aportados por otros colectivos y personas por iniciativa propia. La colaboración de todos ellos en el montaje final puede apreciarse en este vídeo:



El parque ha presentado ese aspecto desde el 25 de agosto al 27 de septiembre, y después los decorados han sido trasladadas a distintos lugares sugeridos por sus autores.

Este tipo de arte callejero, conocido como urban knitting (tejido urbano) o yarnbombing (bombardeo con hilos) responde al deseo de aportar una hebra de lana para embellecer la realidad.  Pretende ser una alternativa al graffiti, más cálida y menos agresiva con los objetos que decora, y se ha extendido por todo el mundo y también ha empezado a brotar en distintos puntos de nuestra geografía, como Zaragoza, Bilbao o Madrid.

sábado, 18 de febrero de 2012

Mejor vivir sin miedo

La memoria justificativa y económica que acompaña al Decreto Ley para la reforma del mercado laboral ofrece, entre otros, el siguiente argumento: "al ser el riesgo de despido muy reducido, se desincentiva el esfuerzo y se genera una excesiva resistencia a la adaptación a nuevas necesidades".

Para que rindamos más, mejor inundarnos de miedo al despido. ¿Hemos llegado a una sociedad que necesita recurrir al miedo como elemento oficial para fomentar la productividad? El miedo lo que crea es miseria. Quien piense que puede controlar su efecto hace gala de una raquítica talla intelectual, una absoluta carencia de perspectiva histórica y, por supuesto, de la más mínima calidad humana. Es cierto que el miedo puede activar la obediencia y paralizar la resistencia en un principio, pero, convertido en epidemia social, se torna el más fértil caldo de cultivo para la irracionalidad, la rabia, la violencia y, en última instancia, la atrocidad.

Invocar el mecanismo de protección más básico de la biología como solución representa una renuncia a (o una incapacidad para) buscar alternativas más elaboradas, fundamentadas en los avances, experiencias y conocimientos que la Humanidad ha ido acumulando desde que tembló por primera vez ante el rugido de una fiera.

Lamentablemente ese bagaje más refinado no parece calar con tanta intensidad en el pensamiento colectivo. Su esencia nos dice que el combustible más efectivo para el esfuerzo, la creatividad y el compromiso se compone del reconocimiento, el apoyo y la seguridad de saberse útil y apreciado.

Esa forma de motivación no sólo garantiza la eficacia laboral, también proporciona una satisfacción personal que favorece otros ámbitos de relación social. Constituye un beneficio a largo plazo y una garantía de futuro para cualquir empresa cuyos gestores se interesen realmente por el contenido de la actividad que realizan, la calidad de sus productos y el respeto a los clientes. Unos trabajadores satisfechos y seguros sólo pueden representar una amenaza para directivos o empresarios sin preparación o méritos suficientes para el cargo que desempeñan, o interesados únicamente en enriquecerse ayer mejor que hoy, a costa de lo que sea.

La repercusión de los drásticos recortes en los derechos de los trabajadores que plantea esta ley va mucho más allá del ámbito laboral. La abundancia de medidas dirigidas a prescindir a bajo coste de los empleados o modificar las condiciones de sus contratos (el sueldo, el horario, incluso sus funciones) transmite la convicción de que su ya precario bienestar constituye el mal último que ha generado esta crisis.

¿Nadie se da cuenta de que son los trabajadores quienes van a producir y que privarles de seguridad, medios y dignidad terminará por afectar a la calidad de los productos y servicios que generan? ¿De verdad esperamos algún nivel de competitividad internacional minando la moral del principal activo de un país?

Me preocupa más el trasfondo humano de este planteamiento que el económico. Pero que quienes velan por este aspecto en nuestro país también pasen por alto este tipo de consecuencias se me antoja un auténtico despropósito.

Hasta aquí la reflexión. Mañana domingo hay convocadas manifestaciones en toda España para expresar el desacuerdo con la reforma laboral. La aplicación de esta ley puede afectar gravemente al grado de dignidad que nos devolverá el espejo cada mañana. A nosotros y a las generaciones que nos siguen.

Dicen que mañana hará buen tiempo para salir a la calle y pasear al sol el deseo de no vivir atenazado por el miedo.