jueves, 18 de octubre de 2012

El cortoplacismo

Uno de los premios Nobel de Física de este año, Serge Haroche, advierte hoy en la revista Nature sobre los peligros del cortoplacismo en la financiación de la ciencia. Su llamada de atención responde a la creciente tendencia a destinar los dineros (públicos y privados) a proyectos con mayores posibilidades de dar frutos aplicables a la práctica lo antes posible. Con el consiguiente detrimento de la llamada ciencia básica, la investigación dedicada a saber cómo funciona la realidad, aunque no vislumbremos inmediatamente dónde encajar los conocimientos que destila.

De manera más pedestre, lo que rechaza Haroche es el "pan para hoy y hambre para mañana" que se extiende cada vez más no sólo por la ciencia, sino por muchos otros ámbitos. El dinero fácil, las inversiones baratas en recursos, personal o sistemas de inferior calidad, que ayudan a salir del paso o a conseguir votos en las siguientes elecciones. En este sentido amplio creo que el cortoplacismo lleva ya demasiado tiempo entre nosotros. Para muchos el mañana del hambre ya ha llegado (lamentablemente no sólo en sentido figurado). Por eso, deberíamos sentir la alerta y empezar a apostar por la previsión, las soluciones quizá más costosas, pero más sólidas, el valor de la experiencia o la reflexión, la ciencia básica y la calidad, sobre todo la humana.

Contar con un término para definir lo que nos daña es el primer paso para combatir sus consecuencias. El siguiente: lanzar una mirada de amistad al largo plazo.

lunes, 15 de octubre de 2012

A bordar las calles


A tejerlas. A llenarlas de calor y color. Esto es lo que pensaron en el Departamento de Juventud de Helsinki. Y pusieron en marcha la iniciativa Knit’n’Tag 2012, con la que tropecé con deleite una mañana lluviosa de domingo. El parque Ruttopuisto de la capital finlandesa me recibió con 65 árboles decorados con vivos cuadros fabricados principalmente con lana y telas. 



Según un cartel amablemente traducido al inglés, el objetivo había sido animar a la gente a que decoraran su propio entorno y conversaran sobre el impacto de las manualidades en el bienestar de las personas. Todo ello mediante una obra de arte colectiva abierta a todos los ciudadanos del país.

Algunos de los graffitis habían sido realizado en los talleres organizados por el Departamento de Juventud en primavera y verano, pero otros fueron aportados por otros colectivos y personas por iniciativa propia. La colaboración de todos ellos en el montaje final puede apreciarse en este vídeo:



El parque ha presentado ese aspecto desde el 25 de agosto al 27 de septiembre, y después los decorados han sido trasladadas a distintos lugares sugeridos por sus autores.

Este tipo de arte callejero, conocido como urban knitting (tejido urbano) o yarnbombing (bombardeo con hilos) responde al deseo de aportar una hebra de lana para embellecer la realidad.  Pretende ser una alternativa al graffiti, más cálida y menos agresiva con los objetos que decora, y se ha extendido por todo el mundo y también ha empezado a brotar en distintos puntos de nuestra geografía, como Zaragoza, Bilbao o Madrid.